Esa fue la frase con la que Pedro San Ginés se definió a si mismo en su toma de posesión, en el pleno en el que prosperó la indecente moción de censura que lideró contra Manuela Armas.
Lamentablemente, sus palabras se hicieron realidad y el cantinero trató al Cabildo y sus entes como su chiringuito particular.
Pedro San Ginés necesitaba un sucesor capaz de desactivar los procedimientos penales que se habían iniciado por parte del Consorcio del Agua y de INALSA contra él y su íntimo amigo Ignacio Calatayud.
El elegido fue Oswaldo Betancort que, tan pronto llegó al Cabildo, cesó al letrado que llevaba los procedimientos contra San Ginés y remitió al Juzgado informes exculpando a quienes habían saqueado las cuentas de INALSA y el Consorcio.
Los diez años de San Ginés ejerciendo de cantinero han dado para mucho. Han dado para tanto que de momento tan solo podemos ofrecerte información sobre alguna de ellas.
Hemos comenzado con el tema de actualidad, la fiesta de INALSA. La trama urdida por San Ginés con su amigo-abogado, Ignacio Calatayud, permitió que el letrado se embolsara un millón de euros a costa del procedimiento concursal de INALSA.
Pero hay más, mucho más, así que no dejes de visitarnos para conocer los nuevos capítulos de la historia de quien prefirió ser cantinero de un chiringuito antes que presidente del Cabildo de Lanzarote.